domingo, 18 de diciembre de 2016

Existe...

"...Existe una melancolía que no entiende de Prozac, se desgrana poco a poco como una lluvia mansa y puñetera que solo se explica por insistencia. Es una extraña sensación que se dibuja en la cara de quien la posee y se apodera de la mirada cercenando su dulzura, tiñéndola de barro. De sonrisa seca. Breve. Casi mueca.

Existe una melancolía que no entiende ya. Que no sabe donde colocarse, si al borde de un precipicio, si como sombra, si como...nada. Esta bruñida a golpes de incomprensibles desprecios, miradas de soslayo, indiferencias manifiestas, culpabilizadoras. 

Existe una melancolía de hielo. Con un frío de huesos. De dentro. Clavada como un puñal en la espalda. Justo en el medio, allí donde no alcanzan las manos para quitarlo. Entre tatuajes. 

Existe una melancolía que se convierte en modus vivendi y ya no se va. Se queda, acampa en el alma y es incapaz de abandonar la piel que araña con recreo. Y no hay ternura que la ablande, la seduzca y la engañe. No, ya no.   

Existe una melancolía que entre lagrimas lacerantes se pregunta "¿por qué?" en un susurro ronco, y le dan ganas, muchas ganas de coger el teléfono y preguntarte, "¿Por qué?, no lo entiendo. ¿Qué es lo que no he hecho?". Pero prefiere mentir y sonreír. 

Existe una melancolía, sí. Muy profunda que no entiende de Prozac, que no entiende, que es frío en los huesos, que es un modus vivendi, sí,..... y que llora. Llora lagrimas lacerantes que arañan el alma....."

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