domingo, 26 de marzo de 2017

Difícil

En esta pereza de domingo, me arrullo en ese sueño donde mi cabeza reposa en su pecho y no existe nada más que un nosotros, ni siquiera un mañana, sólo un ahora y su voz en una caricia. 

Porque, mientras mi alma se empeña en llorar en tu hombro indiferente, mis neuronas te odian todo lo que pueden por intoxicar su sinapsis como una heroína mal cortada, tratando de anular cualquier intento de oxitocina en el camino correcto. 

Y prefiero el odio de mis neuronas. No quiero que tu alma en descomposición se entrometa más por los resquicios y jirones de un alma que quedó devastada por quererte

¡Qué difícil es todo cuando estás tan cansada y todo son piedras!, cansada de escorpiones debajo de cada canto rodado en ese río que solo quiere fluir y no parar. 

Sí, estoy cansada...

Hay cosas que me gustaría que fueran de otro modo, que no acabaran así, pero a veces, no depende de mi, lo único que puedo hacer es elegir cuan largo quiero el café y cuan feliz elijo ser en su sonrisa y su abrazo. Sólo eso. 


1 comentario:

a dijo...

Como siempre, magnífica.
Arrúllate en la calma, no importa su origen.
Cobíjate en los ojos niños.
Y en quienes en ti confían.
Besos.
Isabel F. Bernaldo de Quirós