martes, 14 de noviembre de 2017

Rota

"-Claudia, ¿Qué estás pintando?

- Una casita. Esto son cuerdas, (señala las rayas), está cerrada porque está rota por dentro.
-¿De quién es la casa?
(Segundo de silencio, nos mira y bajito y con vergüenza...)
-De mamá..."


Ese momento en que tu hija te muestra, con un poco de miedo y pudor, que se ha dado cuenta de que estas rota por dentro, es el momento de entender que eres mas transparente de lo crees para los que te quieren. Los que te quieren de verdad. 

Porque los que hacen que te quieren decidieron, hace mucho tiempo, mirar para otro lado, tanto, que ya ni siquiera se pregunta por cortesía. Tanto, que ya ni siquiera sabes si merece la pena ser cortes. 

Es el momento de dejar ir, aunque duela, sobre todo y mas que nada porque hay que aprender a irse de donde no nos quieren. Porque estar rota no deja de ser un problema que tienes tu y que has dejado que suceda impunemente. Porque en un momento dado te has creído hasta lo increíble y has dejado herir el ego, desprovisto de amor propio en favor de un amor demasiado grande para alguien que ha resultado no quererlo, y en su derecho está. Porque así es la vida, querida, así es, al menos tu vida. Hace tiempo que dejó de ser un vídeo de gatitos. ¿Cuándo lo ha sido?. Es lo que es, no hay más vueltas que darle.  

Ocúpate de lo que tienes que ocuparte. 

"Mira, mamá, esta es tu casa y esta rota por dentro. No me gusta que no estés contenta. Y, como me dices tú,  no quiere tener que decírtelo mas veces. " 

No hay comentarios: