martes, 26 de septiembre de 2017

Olvidar y no

He entrado en Facebook con intención de escribir un mensaje, lo he olvidado por completo. Últimamente me pasa esto mucho. Voy a la cocina y olvido para qué. Abro la agenda y olvido que iba a escribir. Entro en el blog y se me fue lo que iba a escribir. Y me agobia. Mucho. Todo lo que no apunto, no existe.

Pero tu no te vas, nunca te vas. No me olvido de lo que te diría, de qué escribirte. Ni siquiera me olvido de lo que te reprocharía. Bueno, a veces, reconozco que lo apunto en un lienzo blanco roto de word. Todo, y ahí queda, lo bonito y lo feo. No me olvido de mis ganas de contarte esas cosas que ya no digo. Tampoco me olvido del "ruido" que me sobra alrededor. No se me va la rabia que me produce la felicidad ajena de mi ausencia. No me olvido de lo que quieren que escuche, o vea, con cierta crueldad innecesaria, la verdad. Tampoco me olvido de que, a veces, sobro yo y no se me olvida el por qué, y me gustaría contártelo, aunque es cierto que, en ocasiones, me haces olvidar que estoy de más.

No sé, de eso no me olvido. Me olvido de lo que tengo que comprar, de las citas de trabajo que tengo, de la agenda, de lo que estoy leyendo e incluso escribiendo. Me puedo olvidar de comer. Pero no me olvido del sabor de tus labios. No, de eso no. Tus besos no se borran, no. Si se va el sabor de la cena, la cerveza, lo que se tercie.

A mi, esto no me pasaba, antes me olvidaba de casi todo, de lo que me dolía y de lo que no. Y, sin embargo, desde hace un tiempo, no me olvido, ahí se queda todo tatuado. No me olvido de aquel momento de conciencia en que la vida me dijo, "deja de hacer idiota, no estás donde quieres estar. Vete.Deja este lugar equivocado. Tú no quieres estar aquí, tú quieres estar con él", no me olvido de como pensé "qué puta mierda, creí que esta vez lo conseguiría", y me gustaría contártelo porque desde entonces me duele todo como si me hubieran quitado la piel.Porque me he vuelto demasiado transparente y vulnerable. Porque no me olvido de que solo te quiero a ti. Y no me olvido, no, de como me gustaría abrazarte y contarte, sí, que hubo un momento en que quise huir y no volver, y que casi lo consigo, pero que mi alma me recordó que lo que quiero es quedarme.


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