martes, 11 de noviembre de 2014

"El juego serio"- Hjalmar Söderberg

Tres literaturas enganchan especialmente mi atención cuando cojo un libro. La literatura nórdica, la rusa y la oriental. La primera especialmente, de siempre, por razones esotéricas que desconozco. A las tres, las une una riqueza de lenguaje e imágenes metafóricas de emociones y sentimientos, en su mayoría atormentados, que hace de su lectura un pasear por situaciones cotidianas revestidas de la complejidad propia que le otorga el alma humana.

Me tope de casualidad con esta novela de Söderberg en una librería de Madrid, lo adquirí por el simple hecho de tratarse de un escritor sueco al que yo no conocía. No soy una ilustrada, quizá debería profundizar mas y leer mas. El caso es que cuando comencé a leer, tenia el pleno convencimiento de que no me iba a gustar la novela. Que probablemente me iba a cabrear. Pues si, acerté de pleno.

Arvid, el personaje protagonista, nada que no conozcamos. Un tipo emocionalmente ambiguo en apariencia, enamorado en su juventud de una chica emocionalmente, en apariencia, mas estable que el. ambos enamorados cuyas vidas se separan en un momento dado porque Arvid no quiere casarse. Luego se casa con una que no quiere. Yo, lo siento, me parece un imbécil de principio a fin de la novela. No obstante, da una imagen de la psicología masculina que recuerda bastante a alguno de los personajes creados por Bergman a posteriori. No querría decir que todos los hombres son como Arvid, quiero decir, que muchos hombres se parecen a Arvid, luego esto, es imaginario cultural, puro y duro. Un personaje de un calado emocional que me ha irritado profundamente, al igual que me sucede con el personaje masculino de "Secretos de un matrimonio" de Bergman. No quiero contar mucho mas por si alguien tiene el dudoso placer de dejarse enredar por las paginas de Soderberg. El final es curioso, muy curioso, tal parece que el ofendido en toda esta historia es Arvid....

Lydia, personaje femenino protagonista, que en el comienzo parece el personaje mas estable emocionalmente, según voy leyendo, no es que se convierta en inestable, es que se convierte en libre. Hace, dice y juega con los sentimientos ajenos con total libertad, e impunidad aunque eso conduzca al enloquecimiento de algunos de los personajes colaterales de la novela.Un hombre en este papel es predecible. Una mujer es sin duda un descubrimiento de hasta donde puede llegar la manipulación humana, que no femenina. Un juego serio, sin duda, el que juega Lydia. Decir que este papel me ha gustado seria mucho decir. También me ha irritado profundamente en algunas ocasiones, aunque en otras ha despertado una ¿maligna? admiración. Maligna en el sentido de la frase "te jodes, Arvid" que traía en la cabeza a lo largo de toda la novela.

Personajes colaterales hay bastantes, cambiantes, que también se transforman a lo largo de la novela. Cabe destacar el personaje de Dagmar, la mujer que se casa con Arvid, otro prototipo de la femineidad que también saca la piedra. A pesar de que los personajes son altamente irritantes en ocasiones, es una novela que no se puede dejar hasta el final.

¿La recomiendo?, sí, si gustas de leer a personajes atormentados por su propia estupidez y ambigüedad. Sí, si gustas del mundo periodístico que es un mundo colateral al de los personajes y que en ocasiones parece un "copia-pega" escrito por otro. Sí, si quieres descubrir algo mas de la literatura nórdica, muy rica, por cierto, y muy compleja también.

No la recomiendo si esperas una historia de amor al uso con personajes ñoños y predecibles.