martes, 31 de octubre de 2017

Dame

Necesito un océano de lágrimas. Me hacen falta las ganas  que no tengo para dejarte ir y no permitirte volver, como si alguna vez hubieras estado. El pasado amable me invoca, y yo solo se huir, siento el miedo frío y atroz de la mentira, otra vez y, ante la duda, correr contra la corriente se vuelve un deporte de riesgo necesario.

No, no quiero corrientes que me arrastren y me dejen en suspenso, tirada en la orilla de cualquier otro mar, inútil, avergonzada.

Añoro la paciencia, la calma, el silencio de lo vacío y ausente. No soporto la nostalgia de los ecos que regresan y que susurraran en otros oídos finalmente.

Ser osa e hibernar. Ser loba y sobrevivir.

Lo que deseo no existe salvo en las postrimerías de otra vida. En ésta, siento agotadas mis posibilidades y mi conformidad. Mis ganas y mis anhelos juegan al escondite con la existencia.

No hay lugar para el lamento, solo aceptación y tiempo. Camino adelante, porque no hay otra forma de continuar en la insidiosa tarea del ir viviendo.

Dame tiempo, dame cuartel para tomar ventaja, dame océano de lágrimas para dejarte ir de donde nunca estuviste...y mi lugar vacío para hibernar, porque para sobrevivir, no te necesito...

martes, 17 de octubre de 2017

Vlad - II

"Saturday night fever, que dirían por ahí. Vladimir no puede dormir. Sus labios arden, se siente inquieto. Al final, perdió el control de la situación, aunque ella no se dio cuenta. Sabe que Nerea tiene claro que él es un tipo peligroso con el que pasarlo bien es una excepción a la norma. Sin embargo, él sabe que es un tipo muy peligroso al que no le gusta jugar a las escondidas salvo que sea él quien se esconda y quien dispare. Eso es lo que no le gusta, su certeza absoluta y su rotunda negación a mostrar que siente mas allá de lo que pueda marcar el largo de una escopeta y le hace sentirse extrañamente mal consigo mismo. Quiere más. Quiere sentirlo todo. No solo la erección fácil frente a un cuerpo bonito y el empotramiento predecible. Quiere sentir el desvarío, las ganas de ser cursi y regalar flores, escribir rimas fáciles y llorar con canciones lentas y fotos de gatitos. Quiere apretarla contra su cuerpo con un abrazo que fusione pieles y llevarla el desayuno a la cama. Quiere ser capaz de hacerle todo lo que le pida el alma, esa que no sabe donde está y que, en momentos como ése, asoma tímida haciéndole sentir mas humano de lo que se cree. Desea besarla baja una manta en las tardes de lluvia y frío. Hacer el amor con ternura sintiendo que las caricias escriben historias en sus cicatrices , borrando las desgracias que cuentan, que su piel se despierta y se desgarra escapando del dolor y el hielo. Quiere rescatar de dentro aquello que una vez sintió, lejos de los bombardeos, los cadáveres y la Muerte...."

jueves, 12 de octubre de 2017

Luz de gas

Mi alma tiene la sensación de haberse dejado todo en el intento. Su conciencia reposa en paz sobre una almohada de lavanda y sólo le arrebata el sueño la tediosa frustración de la siempre perdida. De la tomadura de pelo. Y se siente mal porque le duele todo lo que no le dolía antes, y cada día mas. Y de manera absurda. Tiene la sensación de recibir azucarillos como los caballos para permanecer ahí, colgada en el abismo pero segura en el arnés. 

Mi alma le tiene un infinito asco a los dobles juegos y a las dobles caras, también a los dobles mensajes. Me ha dicho que se quiere ir porque no tiene sentido permanecer donde no la quieren. Donde le hacen "luz de gas". Donde, en definitiva, maltratan y menosprecian una esencia honesta que se ha ofrecido con sinceridad.

Consigues que se vaya, quizá, con la mayor de las tristezas. Mi alma ya se vació, lo dijo todo y lo dió todo. Se va. Ella se va. Mi alma se va enfadada y nostálgica, profundamente melancólica.  Enterrada en vida, con demasiada tierra encima como para tener ganas de seguir.

"Luz de gas", en definitiva, es eso. Nada le puede convencer ya de lo que no es. Solo su realidad es la que me habla y me dice claramente donde no tiene ni quiere permanecer.

jueves, 5 de octubre de 2017

Tides

La marea deja en la orilla los restos del naufragio. El paseante, sin mirar, golpea con una patada, da igual si un brazo o un pie, o quizá la propia cabeza descompuesta ya por la sal derramada en las lagrimas.
El tiempo pasa y el espejo devuelve la imagen rota de algo que ocurrió o que quizá solo nado extrañamente mientras la calma lo invadía todo.
El mar con su fuerza no mide las consecuencias de sus actos, desconoce la devastación que puede quedar tras un huracán. No mide si duele o no. No valora lo que se pierde.
El pasado no tan lejano recuerda una realidad ahora perdida, a veces, el alma se queda enamorada de lo que fue y ya no existe, y  ni siquiera existe la responsabilidad. El mar, con su empeño, derroca y asola la orilla por completo, sin pensar en las heridas que produce el choque de un cuerpo, abandonado a su suerte, como un niño, contra las rocas.
El mar en calma ahora lame con falsa ternura las heridas del alma, la cabeza del naufragio, perdido ya el rostro, se bate en retirada, solo su mirada inerte abarca el perímetro de la desolación, esa que queda tras la marea ausente.

lunes, 2 de octubre de 2017

Elogio de la Ternura

Ternura:
Dícese: "Cariño, amor, amabilidad, afecto..."

Universo y término desgraciadamente olvidado, asociado a cierta suerte de "ñoñería" y "cursilería", nada mas lejos de la realidad, es la gasolina que debería mover el mundo cuyo motor se supone que es el Amor, otro pobre denostado.

Parece que en los tiempos que corren ser gente tierna es un ejercicio poco menos que kamikace y suicida y que lo que se debe estilar es el postureo y los extremos vacuos. Las guerras de egos. La ternura molesta, incordia y, en ocasiones, hace sentir mal a quien la recibe, es por eso quizá que hay que destruirla, anularla o ningunearla. Pues mira, NO. Va a ser que NO.

Reivindico la Ternura como el elemento de la tabla periódica de la vida que nos salvará de la destrucción. Ea!...

La ternura es una filosofía, un modo de ser y comportase con la otredad, casi un modo de vida, ajeno al postureo, a los extremos, ajeno también a la ñoñería y la cursilería. No es solo ver fotos de gatitos y atardeceres romanticones. Es mucho más. Es reconocer al otro, es tratarlo con respeto, es quererle como es, aceptar con todas sus diferencias, y marcar los límites de lo que duele o molesta pero aun así, seguir queriendo. Es ayudarte a coser heridas.

La ternura implica detalle, caricia al alma, sinceridad, honestidad emocional, un cierto grado de entrega, hacerle saber al otro que estamos ahí, dan igual las circunstancias, que podemos tener diferencias y que no va a pasar nada, que se pueden resolver, porque yo, ser tierno, voy a seguir a tu lado. Y si no, uno se puede ir, que para eso también es un ser libre. Y se puede ir con el mismo respeto con el que entró.

Ser ajenos e impermeables a la ternura es casi un síntoma triste de psicopatía emocional muy de hacerse mirar y altamente preocupante. Pero, ¿sabéis que es lo peor de todo?, que nos estamos haciendo inmunes a la ternura. Hay que evitarlo a toda costa.

¿No te lo crees?, mira a tu alrededor....y me lo cuentas...¿Sabes otra cosa?, me gustaría estar equivocada....