Ternura...

"Pijama de invierno y alprazolam en vena. Los niños y el eco de sus voces me acuna en un sueño plomizo. Mi cabeza. Demasiado atorada de él como para pensar en otra cosa. Gustosa, solazándose en la idea de que otro universo infinito existe. O es la gripe. Aun la fiebre no ha venido a visitarme, no esa fiebre. Quizás, la otra. Esa en la que te mezclas como un intruso incomodo cuando intento soñar sin ti. Ni siquiera sabes donde estoy, solo sospechas, y aun osas venir a recordarme que existes.
No importa, ven si quieres, yo ya me he dormido con el recuerdo de mis dedos enredados en su pelo por azar caprichoso de la ternura. Exactamente con el tacto que imaginaba.

¡La ternura!, tan noble, tan dulce y tan extraña. Esa vieja amiga que temerosa huye solo para aparecer en contadas ocasiones con su disfraz de miedo, ese negro tan feo que tan poco le favorece. Ese mismo que yo le pongo para que pase desapercibida.
Sí, esa, la del miedo y la curiosidad. Que olvidada en un cajón de mis emociones se manifiesta sin yo llamarla. Sin control, poniendome en un dulce jaque mate.

Mi cabeza atorada de él.
Alprazolam en vena.
Mis dedos enredados en su pelo.
Azar caprichoso de la ternura.
Jaque a la reina."

Columpios

"Melancolía y Nostalgia van siempre de mi mano. Obedientes. A veces, pasamos por un parque, se sueltan caprichosas y se van a los columpios. Me liberan de su yugo y su demanda. Las veo de lejos balancearse, divertidas, sonrientes. Felices. Siempre vuelven.

Otras veces, se sientan en mis piernas, me miran curiosas con un cuento en la mano y me piden que les lea. Como niñas de orfanato. Con sus caritas inocentes. Sus ojos acuosos con un cuadro de tristeza dibujado en el fondo. Y me pierdo en esa profundidad, quedando irremediablemente atrapada, atada por aquel anhelo que no se va, que disfraza mis lágrimas, que inunda mi alma como un mancha de petroleo que se extiende infinitamente hasta cubrirme por entero.

Y entonces soy yo la que desea montar en los columpios. Volar libre. Lejos. Alto. Perder de vista a éstas absorbentes y eternas niñas como una madre negligente, harta y agobiada, de sus caprichos, gritos, presencia. Matarlas de hambre.

Parece que mi amor por ellas es mayor que mis ganas de ahogarlas en ese mar aceitoso que es mi resbaladiza alma.

Ahí están. Otra vez, traviesas, en los columpios. Me miran y me sonríen. Será que en el fondo ellas también me quieren. Creo que me acercaré a empujarlas. Solo un poco. Luego me alejaré.....lo prometo. Siempre he odiado los parques infantiles."

Soñé

"Soñé que olvidaba.
El rastro antiguo de una mirada.
Sentí miedo. Frío.
Soñé que olvidaba mirada tierna.
El calor en las manos que se unen.
El refugio seguro del abrazo amado.
La sonrisa enamorada. Su sonido.
Soñé que olvidaba como besar, abrazar, acariciar.
Enamorar. Enamorarse.
La pasión.
Las palabras bonitas.
El mensaje oportuno.
Sentí miedo, pánico quizás, un terror en la garganta, porque soñé que olvidaba.
Soñé que olvidaba amar."

Queridos Reyes magos

Queridos Reyes Magos:

Él.

Yo.