domingo, 3 de noviembre de 2013

FRIO- M.V.E


¿Qué sucede? Incluso mis recuerdos desean ser olvidados. ¿Cómo es posible que aquel rincón del corazón esté frio? Ilusa de mí, pensé que no se podía penar en las estancias de tu alma. No siento mariposas en el estómago, más bien mordisco violento. Sin  nombre. Ausente. No soy. No estoy. No ocupo lugar. En un vericueto me acurruco. Me rodean telas de araña. Te olvidaste de mi encierro. Grito. Me oyes. No me escuchas. Solo eco.

La tarascada es cada vez más intensa. Agonía de indiferencia. Abandono que me consume.

¿Dónde el sol tibio que me acompañaba en días de monotonía cotidiana? ¿Te has ido y no recuerdas que me llevabas dentro?. Déjame salir, me apago. Azul mi piel, morados mis labios. Puede que el hielo mantenga mis tejidos incorruptos, así no rezumara el olor a muerto entre tus poros.
M.V.E

P.D: presentado en el IX certamen de microrrelatos de "El Ballet de las Palabras" tema: la emoción.

miércoles, 23 de octubre de 2013

PALMITATO DE PALIPERIDONA

Hoy Claudia, cumple dos meses....dos meses de vida en un mundo donde, si te paras a mirarlo en círculos concéntricos, de lo mas cercano la familia, que tiene lo suyo, ¡oiga!, a lo mas lejano.....al tercero, sales corriendo a confesarte por el tremendo pecado de fornicar impunemente, embarazarte y traer al mundo a pobres criaturas en este puto país d locos....si, si, de locos, de jodidos locos...todos sin diagnostico, en gobiernos, diputaciones, alcaldías, cárceles,...allí donde te alcance la mirada....sociópatas, oye, autenticos sociópatas....sin resquicios de sentimientos, empatía o esas "mariconadas" que nos vendemos para no enloquecer también y volvernos seres auténticamente psicópatas....¡que jodidamente fácil es acudir a salud mental y que te den un diagnostico, es muy fácil, oiga!!, y dices: "oooh, aquel es esquizofrénico, aquel es bipolar, anda, si aquel habla solo"....y resulta que pones la tele y te das cuenta de que el Xeplion, el Litio y el Lorazepan deberían estar hasta en el agua de los canariooooooooossss......correr por las tuberías de la Moncloa, congreso, senado, ayuntamiento (a relaxing taza of lorazepan, señoraaaaa)......¡¡¡Dios Bendito!!!, y asi pasa, que un dia nos van a comer las avispas....la Naturaleza es sabia....y cada vez quedan menos robles.....y seguro que me ves reirme sola y piensas que estoy loca...¡JAAAAAAAAAA!!!!!!.....pon la tele o lee un periódico.....el mundo esta esquizofrénico y esto no hay palmitato de paliperidona que lo arregle......

martes, 6 de agosto de 2013

El funeral- ¿¿Microrrelato??


La Iglesia estaba abarrotada. Tan solo dos bancos, destinados a la familia, permanecían vacios. El sacerdote subio al  altar y comenzó: “En el nombre del Padre, del Hijo….”. Se armó revuelo entre el publico asistente. Alguien elevó su voz frente al resto: “¿No deberíamos esperar a la familia?”. El cura miró resignado a la multitud congregada. “La familia ruega disculpéis su ausencia. Aun se están recuperando de la resaca del velorio”.
Miss Vorágine Existencial

viernes, 14 de junio de 2013

"Como el viento en la espalda"- Elena Muñoz


En mi experiencia lectora, hace unos años que tiré la toalla harta de leer novelas mediocres, mal documentadas o con argumentos mal resueltos. Se salvaban de la quema, algunas novelas históricas y alguna que otra,  algún libro terapéutico de esos que gustamos leer de vez en cuando los que trabajamos en lo social, y quizá se salvaba algún libro de poesía, más puntual aun si cabe que las novelas.

Afortunadamente los tiempos cambian, nos traen aires nuevos y escritores y escritoras dispuestos a dejarse la piel para que los argumentos enganchen al lector y una se quede con ganas de saber más del personaje o los personajes.

Qué duda cabe que este ejercicio de seducción literaria no requiere de grandes y esmerados circunloquios, ni lenguajes rebuscados e incomprensibles. Tampoco hace falta echar mano de personajes complejos con personalidades retorcidas. No, no es preciso usar argumentos marcianos. A veces la sencillez del lenguaje, un personaje cercano y un argumento cotidiano, puede llegar a enganchar más que cualquier historia estratosférica.

Así es “Como el viento en la espalda”. Una historia seductora con un personaje cotidiano, una mujer, que se ve envuelta en circunstancias vitales que no por adversas dejan de ser beneficiosas para su desarrollo personal. Historias personales, diacrónicamente adversas que sacan lo peor del ser humano por la supervivencia, la ambición, el dolor de la perdida, el amor que se desgasta.

Es curioso. La historia de Marta me enganchó enseguida. Paradójicamente más me engancho la historia de su madre y como esta se entiende desde el dolor más profundo, ese que solo produce la perdida de la inocencia en manos de quien te ha dado la existencia. Esa madre incomprendida en ocasiones por hijos que no entienden el por qué de ciertas conductas, que se crían en un pequeño desamparo emocional ante una madre triste y marcada que lo intenta por encima de todo pero que no puede sobreponerse a su “mochila” vital y que, como un lastre, la tiene anclada en la tristeza y la profunda melancolía. Y es que, a veces, el dolor puede más que el intento por salir adelante.

Me gusta ese momento, en que esa madre de pasado doliente, se abre y le cuenta a su hija la verdad de su historia, como lo vivió, lo sintió, lo intentó supera.  “Como el viento en la espalda” aborda el tema sensibilidad, que no sensiblería, con sencillez, dándole la relevancia que se merece sin resultar sensacionalista.

Me gusta también ese momento en que Marta reconoce sus sentimientos con respecto a su marido y con total honestidad, le plantea la separación, con sus motivos claros y explícitos, sin dejar lugar a la duda, a un posible interrogante, manteniéndose cerca en la adversidad por aquello que les unió, pero igualmente, sin dejarse llevar por la sensiblería, si no con sentimiento maduros y, sobretodo, honestos con ella misma.

 Y dentro de ese paseo que da la protagonista por la honestidad de sus sentimientos y emociones, llamaría “momentazo” a esas palabras que le dedica Marta a su amante artista,      “……. Tú también me importas mucho, Alexis, tanto, que no quiero volverte a ver…”. ¿Cuántas veces no se me habrá pasado una frase semejante por la cabeza?, y, quizá por miedo a la soledad, por dependencia emocional, por no sé cuantas excusas que podría encontrar, no la he dicho o se ha quedado ahí, rezagada, oculta bajo un discurso vacio, insulso, deshonesto con mis emociones.

Definitivamente, si con algo me quedo de este personaje es con la importancia de la honestidad emocional, empezando por una misma, que como la caridad, si no empieza por uno mismo, mal vamos y acabamos……

jueves, 28 de marzo de 2013

"La luz que oculta la niebla"- José Guadalajara


Mateo, como víctima de la cultura del patriarcado, es, en definitiva, un "acojonao". Resulta difícil para algunos hombres aceptar la forma de pensamiento, de sentimiento y de funcionamiento de Estela, precisamente por salirse de los esquemas mentales preestablecidos que definen a la mujer como ser humano emocional tendente  a la estabilidad en relación con el macho "alfa" de turno, un error común de pensamiento, ya que cada vez más la mujer elige lo que quiere.

Estela rompe con esa cultura patriarcal que también recibe en herencia y opta por un modelo de relación que antepone lo intenso frente a la cotidianeidad. Se siente segura de sí misma en sus elecciones y no precisa de soportes "físicos" para seguir adelante en la vida. Sencillamente, no lo tiene en sus esquemas mentales, pues, si lo tuviera, sería muy de respetar, por supuesto.

 Saberle ahí, le basta, no juzga; sin embargo, me parece muy lógico que se "enfade" con él por ocultarle esas pequeñas grandes cosas importantes. Ella considera que existe un clima de confianza suficiente y unas posiciones claras, pero va a resultar que Mateo no lo ve así, pues en ningún momento nos lo cuenta ni hace falta. Me parece que ella se da cuenta de que en ese punto no hay reciprocidad y que él no lo entiende igual que ella. La evolución de Mateo es puramente patriarcal, Estela, en cambio, se ha diferenciado en ese sentido y está por encima de ciertas cosas.

Mateo cae básicamente mal por no ser capaz de estar a la altura de la situación. Estela o te cae bien o te parece una “pringada” enganchada a un ideal (esto comentado por un lector de la novela a quien mantendré en el anonimato). A mí, Mateo me parece un hombre como tantos otros, y Estela una mujer con un planteamiento excepcional que ningún hombre, o casi ninguno, puede alcanzar, porque, en definitiva, todos somos muy progres, pero con matices y según para qué.

¿Qué Estela se conforma con lo que hay? Quizá sí, puede, no sé. A lo mejor esta ambigüedad me nace de una especie de proyección con la protagonista que no he sido capaz de llevar a mi vida por esa educación machista que todas llevamos dentro.

Al enfrentar la lectura de esta novela es agradable ver ese rol inusual que marca a la protagonista, su evolución hacia la madurez, que, en algunos momentos, despierta en mí un retazo de envidia sana, o insana, tanto me da. Verla en la libertad absoluta, ajena a los convencionalismos a los que a veces nos aferramos, sin saber muy bien por qué, salvo demasiado tarde. A medida que avanza la lectura se echan de menos momentos compartidos entre Estela y Mateo que me conducen de nuevo hacia la parte más convencional de mi humilde y vulgar persona. Y cuando una acomete el final de la novela, ahí sí que echo de menos ese encontrarse en la vejez como una forma de cerrar el  círculo de la vida o como el punto final de un amor en apariencia ideal, aunque solo parezca que es así para una de las partes. Una vez más, convencionalismo o romanticismo a la antigua usanza. En fin, no deja de formar parte de mi imaginario cultural.

No está en mi intención el entrar en los pormenores estilísticos de la novela, pues, tratándose de José Guadalajara, es algo que se da por sentado. Su lenguaje siempre es, en todas sus novelas, completo, “redondo”, los personajes resultan siempre bien definidos y resueltos. ¿Qué más puedo aportar yo en este aspecto, una humilde estudiante de Filología francesa que ha olvidado el análisis de texto?
Miss Voragine Existencial

miércoles, 23 de enero de 2013

"La Letra Perdida", Fernando Joaquin Lopez Guisado

Descubro a Fernando entre los entramados de la red social. Descubro a un hombre intenso al que solo conozco por foto y por emociones que regala en pequeñas dosis a sus lectores. Descubro "Buenas noches, Nueva Orleans" y con ello una nueva manera de entender la poesía. Una poesía a la que me acerque hace muchos años de la mano de aquellos poetas apasionados y apasionantes que destilaron noches en vela y ríos de tinta en torno al amor, el desamor, la vida y la lucha....Gioconda Belli, José Ángel Buesa, Mario Benedetti......Descubro a Fernando en sus poemas "Porque nunca fue suyo" y me encuentro con una poesía que se entiende, que vibra, que dice cosas, que me habla y en ocasiones me hace esbozar una sonrisa cómplice de identificación...una poesía sincera.
Conozco a Fernando en la presentación de su último poemario " La letra Perdida", por fin puedo poner cara y sonrisa al soñador de "presentaciones vacías". Me encuentro con un hombre de generosa sonrisa, contento de la presencia y el acompañamiento de tantos y tantas diseminados por una sala en la que no cabe un alfiler. A pesar de lo que dicen por ahí, eso de que los nervios traicionan, durante la presentación Fernando destila una fuerte seguridad en si mismo, amparado, sin duda, por la potencia de sus poemas que va desgranando en pequeñas dosis para deleite de los allí congregados.

Y podría atreverme a decir que quizá Fernando sin sus poemas sea uno más de todos los seres perdidos que poblamos la faz de la tierra, pero como le conozco con sus poemas como bagaje indispensable en su vida, me arriesgo a proclamar que su poesía pone voz y metáfora a los fantasmas que todos tenemos dentro y que en algún momento nos golpean como puñetazo invisible en el estomago, haciéndonos perder el equilibrio en este fino hilo de funambulista que es la vida, la que nos ha tocado en suerte o la que hemos forjado sin prisa pero sin pausa, llevándonos en ocasiones por vericuetos inesperados.

Fernando es bipolaridad absoluta vestida de metáforas potentes, una poesía descarnada y sincera, como un "vomito" interior que vuelca en una sociedad tan falta de honestidad y tan llena de superficialidad. Una poesía que te lleva y te trae, te envuelve, que habla del Amor como motor del mundo insensible en el cual nos movemos, que nos recuerda que otra manera es posible y necesaria. Porque en el fondo de todo, a pesar de la falta de sensibilidad que aparentemente pretende regentar el mundo, el amor se convierte en ocasiones en el único medio de conectar con el yo y con el otro, convirtiendo a la pasión en el elemento fundamental de comunicación. Una pasión entendida como acto amoroso que se extiende a todo lo que hacemos y sentimos.

Esta es la poesía de Fernando, "La letra perdida", una profunda conexión con el yo interno del autor que opta por expresarse a través de la poesía. Mientras, otros vamos a terapia. Un encuentro con sus fantasmas interiores. Una bella desnudez de los sentimientos más profundos del autor por lo que su lectura nos hace pisar en terreno sagrado.

Saborear "La Letra Perdida", es de esos pequeños placeres que nos regala la vida. Cada poema es un encuentro íntimo con el autor y sus emociones, en ocasiones conmigo misma y mis emociones, con las dudas, los espectros del alma, la complejidad de la pasión.La vida misma.
Miss Voragine Existencial