"Cuenta la leyenda que los humanos siempre hacemos daño. Sin querer. De manera inconsciente. Y yo sonrío con amargo sarcasmo al comprobar tan inocente idea que le permite al mundo contarse la película como menos le duela.
Sin querer. Inconsciente. A partir de cierta edad, el Universo al completo sabe cuando estas tocando los cojones y como los estas tocando.
Sucede que he estado una temporada, larga, mirando para otro lado, que también es técnica útil en estos tiempos que corren. Tratando de justificar lo injustificable. Asumiendo realidades inasibles mientras, con deleite sádico, te reías en secreto, porque en mi cara es difícil tener valor. Intentando creer las palabras que se desdecían en los actos y viceversa.
Sucede que tengo el amargo don de ver mas allá. Cuando tu has llegado, tristemente, yo ya he hecho el camino tres veces. He visto. He oído. He percibido. Notado.
Verdaderamente, con dolo o sin él, me paro por un momento a contemplar lo que queda de mi alma y, si, ha quedado devastada. Parece que ha pasado por ella un huracán sin enterarme....y ahora lo entiendo todo. Ahora entiendo que voy a tener que vivir sin un trozo que me falta.
Efectivamente, uno valora lo que tenia cuando lo pierde. Echare de menos ese pedazo, por otro lado, es el que te corresponde, es exclusivamente tuyo, y es probable que de seguir con el, no pudiera ser libre jamas.
Si te sirve de algo, te la puedes quedar, limpiar los cristales con ella, que igual los deja brillantes, y te diría que igual también te puedes limpiar el culo y pasar el polvo a los muebles de la casa...lo único, que no la tires. Valdemingomez no es sitio para un pedazo de alma. Siempre le puedes dar un centrifugado y queda como nueva. La conozco, es de buen material.
Por favor, no me cuentes que todo esto ha sido sin querer, porque eso no se lo cree ni el Universo."
