jueves, 28 de julio de 2016

Soñar y no engordar

"La verdad es que soy mucho mas feliz en mi imaginación. Puedo comer croquetas y beber cerveza y no engordar. ¡¡Como me gustan las croquetas!!

Puedo llevar el pelo morado bien bonito, vestir de negro y parecer bella. 

Llevo preciosos tatuajes y, encima, canto bien. 

Soy guay. 

En ese universo tan privado que es mi mente. Te sueño como eras entonces y sonrío al recordarlo. Porque entonces eras real, ahora tan solo una macabra careta de antaño. 

En esa fantasía puedo ser sincera, los sentimientos son nobles. Son bellos. Son merecidos. Son limpios. En mi mundo no tengo que aguantar la prepotencia, ni la petulancia, ni la falta de humildad de la gente. Ni el ninguneo que es algo que me mata. 

Y es en el recodo de la derecha, allí donde guardo los diálogos que me invento, donde se encuentra la terrible verdad. Ese secreto que es probable que se venga conmigo allá donde vaya cuando este profunda e irremediablemente muerta. Solo puedes suponer. Sospechar. Elucubrar y hacer hipótesis, lo que quieras. Nadie. Nadie mas lo sabe. Ni quien se cree que lo sabe. 

¡¡Ah, no!!, en realidad, ahora recuerdo que sí lo sabes. Seguramente no te acuerdas, o es mejor no querer acordarse. ¿Verdad?, siempre es mejor soñar. ¡¡¿¿Como no lo vas a saber si yo te he creado a imagen y semejanza de mis sueños??!!, todo parecido con la realidad, es ahora pura coincidencia. 

Si, la verdad es que soy mucho mas feliz. Las posibilidades son infinitas. Sueño. Sueño. Me pierdo. Cualquier día, me quedo colgada en alguna de las historias felices que me monto en mi mente. 

Abro los ojos. Vuelvo de mi ensimismamiento. Me apetecen croquetas."


martes, 19 de julio de 2016

Cigarras

"No, no cantan las cigarras su insidiosa canción de amor veraniega. Sofocante como un día sin agua. Casi angustiosa y delirante.
Es verano y el alma huye agonizante lejos de todo lo que pueda ser un motivo para pensar.
Pensar, un riesgo innecesario, recurrente.  
Mi sinapsis neuronal es escasa y no es sincera. Me miente constantemente una realidad inquietante. Me dice que me quieres y luego me muestra sus ojos para confundirme. Si, sus ojos.
Ansiedad. Desasosiego. Calor.
Es posible que sienta entrar una brisa muy leve por la ventana.  Siempre hay luz, una luz.
Luna llena de julio.
No, no cantan las cigarras. No hay gestas que narrar. Es verano. "

Enamorarse



sábado, 16 de julio de 2016

"Perder"

"En esto de perder siempre se dice que pierde mas el otro. Que ya el otro se dara cuenta de lo que tenia y volvera.

¡¡¡¡Autoengaño!!!

El otro no pierde, se libera. Se quita de encima algo que le molesta, como una mosca, o un pelo, una mota de polvo en el hombro.

La mota de polvo echa a volar. El pelo. La mosca.

El que pierde es el que se queda con un  enorme vacio, ahí, donde estaba esa persona.

En esto de perder. Tu no pierdes. Te liberas. Yo he ganado un vacio enorme.

Es extraño. Un dolor sordo, resistente. No se ubica aquí, allí. Es un todo sereno y persistente que coge el cuerpo entero.

En fin.

Mota de polvo, pelo o mosca, el caso es echar a volar, lo contrario es quedarse para recibir manotazos."


jueves, 14 de julio de 2016

Bucle

Sí, es muy fácil estar en bucle. Procura un equilibrio seguro, predecible que aquieta el alma porque ya sabe lo que va a suceder.

Sí, el bucle es esa zona de confort donde me acuno aunque los pinchos del colchón faquir en el que me acuesto, me duelan el alma.

El bucle me permite escuchar siempre el mismo discurso anodino con una sonrisa casi boba de admiración.

Por alguna razón, la palabra bucle me invita a imaginar un  precioso tirabuzón rubio, de ese color casi oro admirable que no puede conseguir cualquier tinte. Así como de anuncio de mujer perfecta e impoluta, sin heridas ni errores. ¡¡¡Valiente bobada!!. Absurdas imágenes que crea mi mente quizá perturbada por un exceso de agridulce ironía en las venas.

Lo que pasa es que he decidido salir del bucle y divertirme con la vida. Es que ya me he cansado un poco de ser la que aguanta el bucle sin mayor sensación que la de hacerme un favor y resulta que llevo el bucle rubio oro atado al tobillo. ¿La verdad?, me da igual llevarlo al tobillo, mejor ahí que al cuello. Desde ahí, arrastro. Desde el cuello, me ahogas.

Sí, definitivamente, el bucle, el hablar por hablar y unas cuantas cosas mas, empiezan a aburrirme.

Mucho. Muchisimo.