martes, 19 de junio de 2018

Solo queda soñar

Sus ojos clandestinos oteaban el escote mientras trataba de mitigar el impulso de sus ingles agónicas. Un ligero temblor en las piernas, agarrotamiento en el estomago y una suerte de  dolor artrítico en la espalda y la rodilla le recordaba que tenia que irse mas pronto que tarde, no fuera a entretenerse demasiado entre aquellos labios de viciosa ternura. Se imponía la huida. El toque de queda emocional.

Sí, tenia unas tetas deseables y unos labios mordibles, que prometían adicción. La piel parecía suave. Solo podía intuirlo preguntándose qué le sucedería si decidía, por un momento, dejar caer una mano distraída y tocar de manera consciente esa epidermis. Tocar, simular una suerte de caricia con la yema de los dedos a lo largo de su brazo desnudo. Besar sin prisa, entretenerse, regodearse, disfrutar. Acariciar. Despertar mas allá.....



Algo que ya solo podía soñar.