lunes, 2 de abril de 2018

Lámpara de sal

A la luz de mi lámpara de sal desgrano versos ajenos en labios de antiguos poemas nórdicos. Leo aventuras de sagas y eddas con traducciones complejas y envueltas en el halo de batallas y sangre. Los libros se apilan en mi cuarto. Prosa, poesía, ensayos imposibles...

A la luz de mi lámpara de sal, leo incansable hasta que el sueño me visita, últimamente demasiado tarde, con un despertador tempranero. O recito en voz alta versos propios o ajenos, ¡qué mas da!, el caso es sentir que pasa el tiempo de una vez, porque solo así todo se pasa y se aparca, y se ve con otra perspectiva.

A la luz de mi lámpara de sal, redimo culpas y pulo mis responsabilidades, escribo un mensaje que no te enviaré porque digo que te quiero y me has dicho que no lo haga que te odie un poco, y yo , obediente, solo escribo para desahogarme porque no lo voy a enviar jamás pero en algún lado tengo que ponerlo. Es verdad, es un suicidio albergar sentimientos que son mas grandes que una y que no sabe por qué hay cosas que no cambian, que parecen haberse convertido en realidad irrefutable, a pesar de haber intentado cambiar el tercio. Tan inteligente a la par que estúpida. La inteligencia nunca puso la vida fácil a los que la poseen. Conlleva una vorágine emocional excesiva, tildada de una también excesiva sensibilidad y querencia por el pensar, indagar, descubrir, tratar de entender,intuir,  meter la pata.... La odio. Lo siento, la odio profundamente, aunque es todo lo que soy y no me deja ser de otro modo, la muy guarra, me hace sentir ridícula si lo intento. Y ahora que la veo en mi hijo, complicándole la existencia, la odio mas.

A la luz de mi lámpara de sal, el alma se abre a la infinitud de la soledad, huyendo del riesgo del menosprecio. Hablando sola. Recordando a ratos esa carpeta llena de notitas a un padre al que nunca supe contentar, ni supe si le caía bien del todo pero que las guardó, nunca sabre por qué.  Siempre fue mas fácil ser su amigo que su hija. Pero ahí estuve, acompañando. Solo puedo estar enfadada.

A la luz de mi lámpara de sal, soy esa tortuga de alma envejecida, memoria antigua y caparazón golpeado que solo tiene ganas de quedarse a leer en su cuarto, escuchar música, desgranar versos propios y ajenos....a la luz de mi lámpara de sal.

1 comentario:

a dijo...

Cómo me gusta leerte porque me gusta la gente que escribe desde el corazón y con arte.
Ya ves que esta noche me he pasado a compartir unos momentos contigo, a la luz de tu lámpara de sal, entre versos, prosa y querencias.