martes, 15 de enero de 2019

Tides

Mientras Marco me acaricia las neuronas con su voz de terciopelo rasgado, ella aparece como una invocación silenciosa, con la sonrisa distraída, mirando todo a su alrededor. Curiosa, con un rizo díscolo sobre la frente. Me pregunto en que momento la he llamado o si alguna vez dejé de hacerlo.

Me quita el boli y dibuja flores en mi cuaderno de las cosas a sentir, respirar, airear. Yo siempre dibujo flores para buscar centro, recuperar atención, borrar penas. Se ríe divertida. Es bonita, como una margarita que detuvo el tiempo en el momento exacto de floración.

Su voz de cristal roto me quiere contar las cosas que sé al oído. Quiere afianzarme, apuntalar bases, quitarme basuras del alma que sabe que no me sirven. Sabe que necesito un río que fluya y un agua capaz de saltar grácil por todos los pedruscos aunque me lleve la corriente. No poner piedras mas grandes.

"No dejes de Ser. Las mujeres como nosotras no necesitamos brújula, sabemos lo emocionante de perderse para encontrarnos. No necesitamos posturear."

Yo me lo creo pero me parece injusto. Está de acuerdo. Sabe de que hablo, me entiende. Muere mi sonrisa entre cuatro lagrimas mal caídas mientras vuelvo a mi centro. Este estar dentro y fuera es agotador, como una carrera de fondo por las montañas. Su calidez acaricia mi pelo.

"Llora, mejor fuera que dentro. Respira. A veces el Universo nos da una tregua pero luego todo vuelve a su lugar."

Mis gatos ronronean buscando sus mimos. La vieron llegar antes que yo. Es suave como un silencioso copo de nieve.

Asomada a la ventana de mis ojos, me susurra "tu corazón no puede quebrarse de nuevo. No has llegado hasta aquí para ser un drakkar descompuesto a la orilla de su alma. Quédate y muere un poco conmigo en lo que yo resucito apenas contigo....prometo recoger tus pedazos. Soy buena haciendo puzzles."

La voz de Marco vuelve a su lugar... "Tides in my blood follow the pale moon
drawing my soul to the skies...."

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