Con veinte años de carrera profesional a mis espaldas creo que tengo un criterio claro sobre la violencia de género. No es un criterio fruto de elucubraciones sin razón ni sentido. Es un criterio forjado a base de encontrarme con una terrible realidad día tras día, durante veinte años.
Me acababa de incorporar a las filas de la educación social recién terminada la carrera. Mi primer contacto fue con una abuela que tenia en acogida a su nieta. Su hija murió asesinada y descuartizada por su pareja delante de su nieta que por entonces tenia 2 años. Muchos cafés al calor de una cafetería hicieron falta para poder ayudar a esta mujer a elaborar un duelo doloroso, triste, profundo. Una herida que sangraba día tras día. Un miedo latente a que ese monstruo saliera de prisión y reclamara a su nieta. Entre el suceso y mi intervención habían pasado 8 años y ahí seguía aquella herida supurando.
Durante veinte años he escuchado escalofriantes historias de abusos, violencia extrema, perdidas de vidas y el sentimiento de impotencia ante una justicia laxa y unos recursos esquilmados. Siempre mujeres, niños y niñas, adolescentes...
Cada vez que alguien me dice aquello de "no todos los hombres son iguales", "las denuncias falsas" y mierdas similares, siempre pienso...."no me digas obviedades". Ya se que no todos los hombres son iguales, ya se que hay denuncias falsas, ya se que hay hombres maltratados, ya se que las madres también maltratan, ya se muchas cosas..... No me vengas a dar lecciones después de veinte largos años de trabajo, de veinte años de formación, de veinte años de intentar ayudar, acompañar, entender. No seas reduccionista, no seas imbécil. Ya sé también que la violencia de género tiene una dinámica interna, ya lo sé, pero negar la evidencia de los datos, esos que me enseñaron una vez que sostienen todo, te hace miserable.
Estoy harta de hablar de este tema y que la peña pretenda llevarme al terreno yermo del absurdo, porque es absurdo negar lo evidente y es el hecho de que en este país y en el mundo se está dando un feminicidio y un infanticidio. Por eso la mitad de las veces ya no discuto.
Deja de decirme mierdas del palo "yo es que no entiendo como no te vas de donde te pegan", ¿acaso has estado en esa situacion alguna vez como para entender que está pasando?, ¿no te has planteado que quizá no estas en el mundo para entenderlo todo?, ¿te has planteado que es la empatía?, ¿no te remueve una mujer amoratada, una niña violada, un niño violado, una mujer violada por siete miserables?, ¿no sientes un cierto asco, repudio, ante estos actos?, ¿acaso estos actos no sacan a tu sicario, sicaria interior?...venga, por favor, dejemos el buenismo de pastel que cuando nos entra el "estupendismo" y el "guaysismo" damos aun mas asco. Te aseguro que cuando te sientas ante una mujer amoratada, ante un niño abusado, ante una adolescente victima de una violación, se te cae la puta realidad encima.
"Todos esos están locos", no, perdona, la maldad es la maldad y no tiene que ver con la locura, deja de buscar eximentes. Un psicópata es un psicópata y las noticias que hoy nos invaden son sobre psicópatas, y cuando quieras nos sentamos y discutimos sobre el origen, sobre los traumas, sobre lo que quieras, pero vente con todo leído y con los datos en la mano, déjame de discursos falaces, fáciles, vacíos.
Nada, absolutamente nada, justifica esta soberana crueldad, este acto de maldad como tantos otros públicos o silenciados porque desgraciadamente, hay muchísimos casos silenciados también. Nada, ni tus traumas, ni tus heridas, ni tu pasado justifican los actos de maldad porque en el imaginario de TODO EL MUNDO, está arraigado y asentado el bien y el mal, lo que está bien y lo que está mal, y NADA, te justifica. Porque aunque seas un psicópata sabes que ESTAS HACIENDO MAL, sabes que quieres hacer daño.
La violencia, extrema, el abuso brutal, las violaciones, la tortura, los asesinatos existen y, desgraciadamente y aunque te busques excusas, quienes principalmente la reciben, en números contantes y sonantes, son mujeres, niños y niñas y adolescentes...por esa clase de hombres a la que tratáis de justificar, por esa clase de miserables. No por la clase de hombres decentes y luchadores contra esta lacra de gentuza. No, por la clase de mierdas con patas.
Ya está bien, cojones, ya está bien.