jueves, 31 de diciembre de 2020

Ensoñación

Vuelve a visitarme. Hacía tiempo, ya le extrañaba. Con su fea nariz y su olor de otro siglo, se sienta en el borde de mi cama y besa mis labios con su descaro habitual. 

Me cuenta que me ve muy cambiada, que parezco mas mayor y yo sonrío porque ambos sabemos a que se refiere. Me propone que recite para él pero yo no quiero. Me pide Mano entregada y yo me resisto. Sonríe cínico. Sabe que terminaré cediendo porque él recitará conmigo y para mi.

Deja su sombrero gascón en la silla y cae una pluma blanca. Me cuenta que se despluma por momentos pero que no hará por restaurarlo. Es el peso de los siglos. 

Amenaza con irse si no le cuento que me pasa. Accedo por su sonrisa. Se estira a mi lado y me ofrece el hueco de su abrazo. Siempre está disponible. Me acurruco, le cuento. 

¿Otra vez?, me pregunta con sus enormes ojos, No aprendes, eh?....no, no aprendo, o quizá si aprendo pero no lo puedo evitar. "Acuérdate, yo tampoco encajaba. No se trata de eso. Se trata de vivir donde te sientas como en casa. No lo olvides. Si no te sientes así, no es tu lugar. Nada puede retenerte. Eres rio, mar. Siempre existirá la mentira y el cinismo. La calumnia. El dolor. Recuérdalo, es ley de vida. También existe su contrario. No te afanes donde no tienes lugar. Recuerda, siempre puedes irte. Sin hacer ruido. No como yo. "

Ahora sí, Mano entregada, juntos, cada uno un verso. Me pierdo en el sonido de su voz, profunda, tan de otra época, como un piano recién afinado. 

"Es por la piel secreta, secretamente abierta, invisiblemente entreabierta, por donde el calor tibio propaga su voz, su afán dulce...." y me callo, y le dejo que siga. Me arrullo en su voz y en las palabras que se deslizan en mi oído al amparo de una noche fría de luna llena, las noches en las que él vuelve, a veces, a recordarme que sigue ahí...aunque no aprenda, aunque sea flor de ausencia y transito. Aunque sea un camino en permanente curva. Acaricia mi abrazo mientras declama mi poema favorito, ese que no soy capaz de recitar sin emocionarme. 

"....tu delicada mano silente, por donde entro
despacio, despacísimo, secretamente en tu vida,
hasta tus venas hondas totales donde bogo,
donde te pueblo y canto completo entre tu carne."

Los últimos versos se caen de sus labios con voz lejana. No se va sin darme un beso y me promete volver en la próxima luna llena. 

El ruido de sus botas y tintinear de su espada se escuchan cada vez mas lejos, dejándome sola y huérfana...


No hay comentarios: