lunes, 7 de diciembre de 2020

Nada te prepara...

  Tirada en la cama, bajo una manta y un libro entre las manos, te preguntas por qué nada en la vida te prepara para la ausencia. Nada para esa extraña y absurda, a veces, sensación de damnificación y orfandad que cada vez te visita en circunstancias mas extrañas. 

Nada en la vida te prepara para los errores y nada para afrontar la tarea reparadora. A veces, no hay reparación posible y dar un paso atrás o dos, da perspectiva, aunque duela. Y aunque el deseo de decir algo te taladre la mente, el miedo te bloquea.  Y te haces ausencia viviendo en otra ausencia. 

Nada en la vida te prepara para que le den la vuelta a tu mundo controlado y te dejes. Y para que pienses que merece la alegría. Y que tú no estés. No, nada te prepara para eso porque en algún momento de la Historia  la ternura se convirtió en una amenaza y ya, definitivamente, no crees en ella. No te crees nada. Y te sientes ridícula, creando aun mas agujeros de ausencias.

Nada en la vida me preparó para tu ausencia y se fue creando, sola. Y yo dije adiós, te dije adiós un día de abril y pareces no haber reparado en ello, y no importa, y nunca es tarde. Y lo mismo vuelves, y quizá te cueste encontrarme aunque conoces el camino. Es cierto que te pierdes con la facilidad de quien nunca usa mapas correctos. 

Nada en la vida me preparó para que te descosieras de mi costado. Ese hilo rojo se deshizo sin más, y no paso nada. Y, aunque no soporto tu ausencia, he conseguido que creas que sí. Esos extraños logros que nos otorga el Universo. 

No me digas ven, quizá, volvería, siendo otra que no reconozcas, siempre tuya en el pedazo mas grande de tu alma......menos mal que no sabes coser....y tampoco quiero que aprendas a estas alturas....