lunes, 21 de diciembre de 2020

Acción de Gracias

Se desliza hacia su final un año lleno de desdichas, de cambios, de ausencias, de reescribir la vida tal cual la conocía. Y también se desliza hacia su final un año muy lleno de momentos de vida, de despertares y de presencias. 

Saber estar y ser en este mundo  ha sido tarea de reconversión. Cambiar formas de vivir, trabajar, convivir, sobrevivir y relacionarse con una misma y con el entorno. Entender mas que nunca las realidades que se iban desgranando, muchas de ellas desde el dolor profundo de las perdidas. Ha sido un gran momento para la empatía que genera resiliencia, para el apoyo mutuo, el tirar unos de otros, fomentar la cercanía a costa de lo que fuera, descubrirse en el espacio reducido del confinamiento, acercarse a la realidad que nos superaba por todas partes. Afrontar. La muerte, el duelo quebrado, las ausencias definitivas, la falta de abrazos y las despedidas en el silencio y la soledad de un Palacio de Hielo o un tanatorio vacío. 

Ha sido el año de aprender para acortar las distancias, el año de lo virtual, de romper esa brecha en la que algunos no nos manejamos para poder estar y ser donde sentíamos que teníamos que hacerlo. 

Hay quienes nos han acompañado entreteniendo nuestra existencia con su creatividad, regalándonos horas de su tiempo y esfuerzo sin esperar redito alguno. Con su buen hacer, con su pasión por lo que hacen, con sus ganas de superarse y ayudar a superar y acompañar este momento vital tan oscuro, inquietante. Ojalá se que quede ya en mi vida. Gracias. 

Hay quienes nos han recordado que estaban ahí, con esos likes que tanto nos gustan en los momentos mas desdichados para hacernos saber de su cercanía sin esperarla, siempre con buentrato, amabilidad a la hora de responder cualquier mensaje.  Gracias.

Hay quienes han peleado porque todo trabajo se desarrollara bajo las mejores condiciones posibles a pesar de las dificultades dejando los enfrentamientos para los momentos mas oportunos, sin por ello dejar de recordar que toda vida es importante. Gracias.

Hay quienes no ha dejado de atender a la realidad social en ningún momento, ni un solo día durante lo mas duro y mas terrible, sin importar las horas que se emplearan en ello, sin importar el cansancio, por encima de la propia realidad. Una inmensa red social que nos ha mostrado cuan imprescindibles son los servicios sociales y la importancia de cuidarlos, sacarlos de su precariedad. Gracias

Hay quienes han superado meses intensos de UCI, que han peleado y luchado por seguir, y los que se han quedado en el camino de la batalla, acompañados por una sanidad diezmada y precarizada, con un personal que ha puesto su vida al servicio de su vocación en el momento mas difícil de esta existencia. Gracias.

Hay quien ha peleado por traerme noticias de mi madre cuando estaba ingresada, quien me puso en contacto con sus médicos, quien me calmo y acompaño en el momento mas difícil de este año ante la incertidumbre de no saber si volvería a ver a mi madre. Gracias. 

Hay quienes han rezado incansables, solícitos, siempre con disposición. Quienes han acercado la Eucaristía a tantos mayores y familias creyentes que han visto rotas sus rutinas y que se sentían menguados ante el hecho de no poder celebrar la Semana Santa. Y todos aquellos que lo han hecho, no importa el credo que profesen, han estado ahí también. Gracias. 

Hay quienes han puesto todo su esfuerzo para paliar la ausencia de la realidad escolar, y ahí hemos tenido que arrimar todos el hombro, porque todo era nuevo y no era fácil. Gracias. 

A todos aquellos que han creado y a los que han compartido los memes mas graciosos que me han arrancado una sonrisa en la mayor de las tristezas. Somos gente que hacemos chiste de todo y eso, a veces, es muy bueno. Reír siempre reconforta. Gracias. 

Las amistades, siempre presentes en la salud y en la adversidad, eso sí es un buen maridaje en estos tiempos oscuros porque siempre tienen su luz preparada para alumbrar caminos. Gracias.

Esa terapia que llego en el momento adecuado, que me acompaño en las muy malas y ahora me ayuda a crecer y a tomar centro en mi vida. Gracias. 

A la familia que ha estado ahí, demostrando que no es tanto cuanto nos veamos, si no cuanto nos queremos y es mucho amor y del bueno. Gracias. 

Mis hijos que me lo hicieron todo muy fácil a pesar de sus propios miedos e incertidumbres. Mamá siempre con vosotros como una loba. Gracias. 

El año que entra no tiene visos de ir mejor si bien seguirá regalándome momentos inolvidables y personas, haciéndome sentir profundamente agradecida y afortunada aun en la adversidad mas extrema. Si este año ya lo ha hecho, ¿por qué el siguiente iba a ser diferente?...He aprendido a leer en lo pequeño su grandeza. 

Gracias. 


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