jueves, 12 de mayo de 2016

12 de Mayo

Un día como hoy de hace seis años, apenas comenzaba la mayor aventura de mi vida. Me retrotraigo a aquel instante, después de nueves meses de vida interdependiente, estaba a punto de conocerte, de tenerte delante. Con mis miedos y mis expectativas. Mi alegría. 

Viniste deprisa y corriendo porque algo comenzó a no ir muy bien. No te gusto mucho que te sacaran de este modo y en tu llanto y tu ceño fruncido lo dejaste claro desde un primer aliento. Recuerdo perfectamente esa impersonal matrona, "¡¡Madre mía, qué ojos tiene este niño!!. ¡¡Cómo mira!!. 

Tres horas después y un triunfo del Atleti me devolvieron a tu lado. Y ya mi vida fue otra. Mi existencia giro ciento ochenta grados. Todas mis prioridades, mis emociones, mi ser completo, cambiaron y ya nunca he vuelto a ser la misma madre que solo imaginaba que iba a ser. 

La maternidad es eso que sucede mientras tu intentas ser la madre que no eres. Es desde la praxis desde donde puedes entender qué es este universo infinito y cambiante. 

Tu mejor que nadie sabes que soy dulce y cariñosa pero nada ñoña. Yo no quería ser gritona, pero a veces lo soy, incluso, rompiendo la barrera del sonido, si me apuras. Madre macarra de gustos excéntricos con la música de los KISS o la Opera a tope y un libro en la mano, soñando con leer como hacia antaño. 

Te das cuenta enseguida de todo lo que sucede y aun, en tus seis años, haces por expresarlo con esa conducta siempre incomprendida. No somos fáciles. La psicología del desarrollo se fue al traste contigo. Todo precoz. Ni Piaget ni Paulov, ni nadie. No tuve referentes, tuve que aprenderte de cero, y darme cuenta en seguida que contigo las cosas iban a ser muy diferentes. En esa intuición no me equivoque y resulta muy difícil hacer que otros te entiendan y te miren como lo hago yo. En definitiva, soy tu madre.

Han sido seis años de aprendernos, de irnos conocernos. Reconozco que no ha sido fácil porque me creía que nací sabiendo que es esto de ser madre. Es ahora, quizá tarde y gracias también a tu hermana, que me doy cuenta que en esto, empezamos los tres el mismo día y nadie tiene ventaja sobre el otro. 

Ahora te miro y palidamente recuerdo mi vida de antes. Han pasado muchas cosas en estos seis años. Malas, regulares y peores, en las que en ocasiones hemos salido mas o menos airosos, pero siempre juntos. Toca lidiar con tu brillante genialidad, inteligencia y sensibilidad extremas, demasiado grandes para un niño tan pequeño. Esa soledad que buscas, ese jugar solo y crear tus mundos. Y te toca lidiar conmigo, esa madre que no es la que pensaba ser pero que siempre trata de ser la mejor que te ha tocado en suerte. 

2 comentarios:

a dijo...

Me has emocionado con creces, qué bonito regalo de cumpleaños para tu hijo.Guarda en un bonito sobre esta carta y en un lugar en el que las polillas no coman las palabras, un lugar donde él, algún día, ávido de noticias de su madre devore lo que en ella siente y confiesa.

No sé por qué, en este final del día lleno de emociones familiares, he sentido que debía entrar en tu blog, "un pálpito" dicen algunos...
Y no me arrepiento.

¡Feliz cumpleaños, hijo! ¡Feliz cumpleaños, madre!
Y besos de primavera para ambos.

Isabel F.Bernaldo de Quirós
https://apalabrandolosdias.wordpress.com

Lullaby Song dijo...

Muchisimas gracias, preciosa.
Besos, sonrisas y poesia